miércoles, 6 de enero de 2010

LA ÉLITE DE LA ESCALADA Y SUS TRAGEDIAS


El alpinismo es una de las especialidades deportivas altoaragonesas que acumula en su trayectoria nombres de mayor peso a nivel nacional, e incluso internacional. Hablar de Huesca es hablar de Pirineo, de montañas, de naturaleza. Y hablar de Huesca y del Alto Aragón es hablar también de escaladores ejemplares y personalidades importantes en ese universo tan especial que es el montañismo.
Ha habido grandes gestas y hazañas casi épicas. Pero sus protagonistas, algunos de los mejores alpinistas altoragoneses, han tenido que pagar en más de una ocasión un alto precio por sus conquistas o por sus expediciones. Todos los clubes de montaña más destacados de la provincia de Huesca, llámese Peña Guara, Montañeros de Aragón de Barbastro, Mayencos de Jaca, Asamún, GM Sabiñánigo o como sea, han tenido que vivir en primera o segunda persona la dura realidad que a veces impone la montaña.
Uno de los días más tristes en el deporte altoaragonés se vivió en el verano del año 1995. El domingo 13 de agosto, mientras la capital, en pleno San Lorenzo, estaba en plena efervescencia festiva, un alud sepultaba en el K-2 a varios miembros de una expedición del Club de Montaña Peña Guara a la ‘montaña asesina’ causando la muerte de tres alpinistas. Javier Escartín, Lorenzo Ortiz y Javier Olivar. Pocas horas antes, en la cima del K-2, a 8.611 metros de altura, entre las nubes como cuando ascendieron el Everest, Javier, Lorenzo y Javier contemplaban el mundo bajo sus pies. En el descenso las cosas se complicaron y la entrada de una tormenta con unas condiciones de viento y temperatura extremas terminó dejando para siempre en el K-2 los cuerpos de los tres montañeros. Lorenzo Ortas, Pepe Garcés y el médico Manuel Avellanas, amigos y compañeros de aventura, consiguieron por poco salvar la vida, ya que abandonaron el grupo cerca del ataque definitivo para hollar el pico. “Hemos perdido a un grupo de estrellas del montañismo de Huesca y ahora el firmamento entero se me ha caído encima”, señaló el entonces presidente de Peña Guara, Julio Nogués. Una vez que se confirmó la noticia, la consternación fue grande en Huesca por la triste pérdida.
Pepe Chaverri, nacido en Binaced, miembro de los Montañeros de Aragón Barbastro y director del equipo nacional de Jóvenes Alpinistas, fue el siguiente referente en el montañismo altoaragonés que engordó la trágica lista de fallecidos. El 20 de junio de 2000, Chaverri perdía la vida junto a otros dos compañeros de cordada cuando se encontraban en la vía Mc Inter-Cortton, en Los Alpes, una ruta de hielo y roca de 1.200 metros de desnivel.
Escapó de las garras de la muerte en el K-2 pero encontró su final el 12 de octubre de 2001 en el Dhaulagiri (8.167). El zaragozanos Pepe Garcés, quien por aquel entonces ya llevaba seis ochomiles a sus espaldas, se precipitó al vació por una inmensa pared de hielo de la cumbre nepalí. Lorenzo Ortas, que había salvado la vida en el K-2 junto a él, recibió en Huesca la primera confirmación de la muerte de Garcés.
Y en este último verano, el 6 de agosto de 2009, el montañero tensino Óscar Pérez se sufría un accidente el Latok II paquistaní (7.108 metros), que a la postre terminaría en una desgracia definitiva. Óscar había alcanzado la cima del complicadísimo Latok II junto a su inseparable amigo Álvaro Novellón, haciéndolo además al estilo alpino por una vía nunca antes intentada. En el descenso, una fatal caída terminaba con Óscar Pérez en una repisa, a más de 6.400 metros y con varias fracturas en su malherido cuerpo. Álvaro Novellón, como Óscar, de Peña Guara, empezó entonces un intento de rescate que contó con el club oscense, con Sebastián Álvaro y con el equipo del americano Fabricio Zangrili como máximos exponentes. El 16 de agosto, en la sede de Peña Guara, el presidente, Manolo Bara, acompañado por Lorenzo Ortas y Manolo Avellanas, comunicaban que “el tiempo en el Latok se nos ha terminado”.

No hay comentarios:

Publicar un comentario