lunes, 4 de enero de 2010
EL CASO TONI DOBLAS, UNA MALA MANIOBRA
No anda el Real Zaragoza en su mejor momento en el regreso a la Primera División pero parece este bache una consecuencia lógica de la ineptitud que han demostrado en los últimos años sus dirigentes.
Es una verdadera lástima que el club más prestigioso e importante de Aragón ande a la deriva por culpa de unos cuantos señores que, por lo visto, no saben lo que significa el escudo del león y el sentimiento zaragocista.
Aficionados/as del Real Zaragoza, ¿cómo es posible que haya tantos individuos para gestionar un club y que, encima, éstos no den una a derechas? Ahora el Gobierno de Aragón –Bandrés y compañía- abandona el barco, se queda al frente Agapito Iglesias y sigue la tropa de bandoleros del fútbol.
Y es que Pedro Herrera, Gerhard Poschner, Antonio Prieto, Javier Porquera y Ernesto Bello, los que califica la prensa zaragozana como ‘Los Intocables’ de Agapito, han contribuido con su ineficaz e innecesario trabajo de despacho y teléfono al devenir actual del Real Zaragoza. Lo han hecho en muchos aspectos, pero me quedaré con el de conseguir dañar la imagen del club blanquillo.
Desde Huesca se da cuenta estos últimos días de un nuevo capítulo de las actuaciones del ‘dream team’ de negociantes del Real Zaragoza. El portero de la SD Huesca, Toni Doblas, había sido tentado vía telefónica por su antiguo equipo, el Zaragoza, que le sugería que propusiera él mismo al Huesca una cantidad para romper su contrato. El que llamó a Doblas (todo apunta a que fue Poschner) puso al futbolista al pie de los caballos y el Huesca, naturalmente, entendió el gesto como una ofensa.
Si el modo de actuación hubiera sido el correcto, el Real Zaragoza debería haber llamado al Huesca o, mejor aún, haber planteado una reunión. Al fin y al cabo, estos dos clubes aragoneses, aunque a veces no lo parezca, tienen firmado un acuerdo de colaboración. Pero no, estos profesionales del ‘trapicheo’ futbolístico decidieron apostar por presentar sus credenciales por la espalda.
Es, sin duda, una mala maniobra, y así lo reconocieron muchos aficionados del Real Zaragoza en varios foros de medios de comunicación, que se avergonzaban de que su equipo estuviera tanteando una pieza tan importante para el Huesca, Toni Doblas, que, por otra parte, es evidente que no es la solución maña.
El Real Zaragoza se merece unos rectores dignos del brillo de su historia y no mequetrefes que sólo miran por la efervescencia de sus cuentas corrientes. Si en Zaragoza quieren ustedes que en Huesca –y en Teruel- se aprecie más los esfuerzos de la capital, los mandatarios, en este caso del Real Zaragoza, deberían realmente hacer un esfuerzo por colaborar en el beneficio de todo el fútbol aragonés. No hay que dividir caminos. Hay que unirlos. Pero pienso que ‘Los Intocables’ de Agapito, y el propio Agapito Iglesias, no son los indicados para percibir este mensaje. Por eso, sería bueno un cambio de rumbo urgente en el Zaragoza.
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