viernes, 4 de diciembre de 2009
LA ÉPOCA DORADA DEL BALONCESTO EN HUESCA
El baloncesto ha sido, hasta la fecha, el deporte que más ha paseado el nombre de Huesca y de toda su provincia por los distintos rincones de España. El responsable de semejante logro fue el Peñas, el Magia de Huesca, un equipo con el que la capital altoaragonesa alcanzó su clímax deportivo; trece militancias en la liga ACB, la máxima instancia del basket nacional, así lo certifican. Fue una época dorada. Fue una etapa brillante y esplendorosa con noches que hoy día permanecen muy vivas en el recuerdo de los aficionados al baloncesto en el Alto Aragón.
El Club Baloncesto Peñas nació en el verano de 1.977 tras la fusión de varias entidades peñistas de la ciudad. Pronto comenzó a escalar categorías el equipo verdiblanco hasta plantarse en la temporada 1982/1983 en la liga ACB; precisamente en el estreno del formato semi-cerrado de la competición española que sigue vigente en la actualidad. El Peñas fue socio fundador de la ACB pero en el ejercicio del debut (59/96) no pudo retener su puesto y descendió a Primera División. Poco tardaría el bloque oscense en recuperar su hueco entre los grandes, ya que en la siguiente campaña el Peñas lograba de nuevo el ascenso a la ACB.
Con una limitación económica considerable respecto a los Real Madrid, Barcelona, Joventut, Taugrés, Caja Ronda, CAI Zaragoza o Estudiantes, el Magia de Huesca aseguró su continuidad un año sí y otro también en sus partidos como local. La clave del Magia estaba en su cancha, en el Pabellón del Parque, que era una caldera infernal para los rivales, con el público literalmente encima de la pista y con unas reducidas dimensiones que convertían el partido en una encerrona para árbitros y jugadores.
Pero no sólo a base de triunfos en Huesca se alimentaba el Peñas, porque éstos fueron tiempos de grandes jugadores vistiendo la elástica verdiblanca. Jimmy Wright, Joan Pagés, Solé, Rimas Kurtinaitis, Tikhonenko, Brian Sallier, Reginald Slater, Jon Morton, Wayne Tinkle, Lucio Angulo, Dyron Nix o el gran Alphnso Ford, fallecido unos años más tarde por leucemia cuando jugaba la Euroliga con el Olympiakos griego, pasaron por Huesca.
Mención aparte merece la pareja de norteamericanos formada por el alero Brian Jackson y el pívot Granger Hall, que defendieron los intereses del Magia durante más de seis temporadas. Jackson, un tirador blanco de milimétrica precisión, que luego ficharía por el Caja San Fernando de Sevilla, sigue en los registros hoy día como el máximo anotador de la liga ACB.
La gestión al mando del Peñas por parte de Toño Riva y de Alfredo Vizcarro fue igualmente otro punto determinante en esa década prodigiosa del baloncesto altoaragonés. Su papel fue importantísimo a la hora de optimizar los recursos y en la tarea de confeccionar un equipo fichando casi siempre a extranjeros que luego llegaron a ser estrellas en otros equipos.
Sin embargo, la transformación en Sociedad Anónima Deportiva en la temporada 1.992/1.993 no colaboró demasiado en la mejoría del club, que había estado a punto antes en un par de ocasiones de alcanzar las competiciones europeas, y que comenzó a afianzarse como uno de los candidatos fijos al descenso. Pero en el ‘play off’ por la permanencia el Peñas (entonces AGB, Somontano o Argal) era un especialista que hizo caer al pozo al Juver Murcia, al Pamesa Valencia o al Festina Andorra, escuadras, a priori, mucho más poderosas.
El Palacio de los Deportes de Huesca, inaugurado en septiembre de 1.994, terminó de hipotecar el futuro del club en la ACB. Valga un dato: la ACB obligó a cambiar el pabellón al Huesca y también al Taugrés, y los vitorianos gastaron en el Buesa Arena 800 millones mientras que los oscenses superaron los 2.000 millones para la construcción del Palacio. Así, al borde del precipicio, el Peñas falló en sus equilibrios funambulistas y terminó el proyecto en la gloria, en la ACB; vendiendo su plaza al Fuenlabrada.
El enfermo estaba prácticamente en la defunción pero el club nunca llegó a morir. De hecho, ahora el Peñas, denominado Lobe Huesca, pretende reavivar la llama del baloncesto en el Alto Aragón con un equipo que es actualmente el líder de la liga LEB Plata. En el banquillo se sienta Ángel Navarro, un guiño a la historia brillante del club, ya que el valenciano fue ya técnico verdiblanco durante unos meses en la ACB, tiempo suficiente para asegurar en aquel año la permanencia.
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